Selva peruana

Iquitos – Lugares increibles a conocer en la Puerta al gran Amazonas

Iquitos es la capital más grande del oriente peruano, perteneciente al departamento de Loreto, nombre que se menciona especialmente cuando se habla de la selva peruana; algo que no es de extrañar pues llega a presentar un elemento importante en este ecosistema, el tan conocido río Amazonas. Recientemente la selva de Iquitos, a nombre de toda la selva del continente, recibió el premio que certifica a la Amazonía como maravilla natural del mundo.

Un hecho a destacar es que en 1985 el Papa Juan Pablo II dijo al llegar a Iquitos: “El Papa se siente charapa”.

Atractivos en el interior de Iquitos

Plaza de Armas y centro histórico

Plaza de Armas de Iquitos
Plaza de Armas de Iquitos

En Iquitos, en su plaza de arma y en sus avenidas, se respira vida. Aire tibio desde que bajas del avión y subes a un mototaxi. A esta ciudad sólo se llega volando o por río, vía Pucallpa o Yurimaguas, en increíbles viajes por barcos o lanchas que navegan 3 o 4 días por el río Ucayali o el Marañón. Las lanchas trasportan carga y llevan más de 100 personas.

La ciudad de Iquitos es encantadora y calurosa como ella sola. Menos mal, siempre hay formas de combatir las altas temperaturas, como el agua de cocona, los helados y las raspadillas, que obviamente en el corazón de la Amazonía son de puras y exóticas frutas.

La parte central de la ciudad está a orillas del río Itaya, pero hubo un tiempo que por su malecón pasaba el Amazonas, sólo que por caprichos de la naturaleza el río cambió su curso y hoy pasa un poquito más allá.

Hasta los años 70, Iquitos era una urbe pequeña, hoy tiene más de 500 mil habitantes y un movimiento comercial bastante próspero. No son pocos los extranjeros que se han quedado aquí para siempre.

Barrio de Santo Tomás

En el barrio de Santo Tomás, cerca al boulevard, siempre están los artesanos que te trasladan en un instante a la magia y el color de la Amazonía. La madera, las escamas, las semillas, los cocos, todo convertido en arte maravillosamente natural.

Barrio de Belén

Cerca al centro, a un paso de la avenida Próspero, está el mercado de Belén, un lugar que es una selva de gente. Aquí Iquitos se muestra tal y como es, con todos los ingredientes que le dan ese sabor especial.

En instancia te encontrarás con todos los licores famosos que te paran, que te rompen, que te animan y que te hacen disfrutar la vida siete veces más. En esta calle están reunidos todos aquellos que saben curar con la medicina del bosque. En estos puestos lo mejor de la sabiduría ancestral está en forma de corteza de chuchuhuasi, fierrocaspi, cotochupa, uña de gato, huingo y huairuros; también hay infinidad de frutos, plantas frescas y amuletos para curar y proteger.

Desde hace cientos de años la gente de la Amazonía confía en la farmacia de la selva. Cada día en el mundo se muestra que lo natural es mejor y así como en la costa a veces tomamos una manzanilla, aquí se hace lo mismo, pero hay para escoger cientos de opciones. La naturaleza, nuestra madre, ha creado cada una de sus plantas pensando en la humanidad.

Este lugar se llama pasaje Paquito, a unos pasos del barrio de Belén.

Hay quienes dicen que Iquitos es la ciudad de la alegría, puede ser, con tanta fruta deliciosa, con tanta cara bonita y con la felicidad de vivir rodeados de selva.

Historia

Seguramente muchos recuerdan que Iquitos surgió con el boom del caucho, por eso a donde mires encontrarás casonas preciosas de hace un siglo, arquitectura europea en la selva. De esa época destaca la casa de fierro, el edificio donde funcionó el lujoso Hotel Palas, frente al río y así hay muchas casonas de techos altos y revestidas con azulejos, las mayólicas de antes, traídas de Europa, igual que todos sus acabados.

Aquí no pasa como en Lima, que los alcaldes dejan deteriorarse las casas famosas. En Iquitos las casa de caucho hoy son oficinas, tiendas, bonitos bares, restaurantes y como la casa Morey, hoteles, que todo su lujo viene de la época del caucho, cuando se hicieron fabulosas fortunas como la de César Arana, el cauchero más famoso.

Hace cien años los barones del caucho tuvieron carta blanca para hacer con la selva y su gente lo que quisieran. Los nativos fueron humillados y explotados, peor que cuando llegaron los españoles a la colonia. Por décadas el negocio del caucho se hizo esclavizando gente.

Base de La Marina

Y para seguir con la historia ve a la base de La Marina, aquí hay una reliquia de cuando la selva era tan lejana como ir a la luna. La cañonera américa es un buque que sirvió a nuestra marina de guerra desde inicios del siglo XX.

Tras la independencia la Amazonía era tierra de nadie y por eso, como las fronteras no estaban aún bien definidas, Brasil, Colombia y Perú se peleaban por esta tierra.

Al interior del buque América puedes imaginar lo difícil y apasionante que fue explorar la selva, combatir, dar apoyo a las poblaciones ribereñas y hacer investigaciones científicas.

En 1911 en el combate de La Pedrera, este barco con sus cañones se encargó de hacer respetar nuestras fronteras en el río Putumayo. Tienes que verlo, tienes que venir a Iquitos.

Exteriores

Club Deportivo de Caza y Pesca

El club deportivo de caza y pesca está a 10 minutos de la ciudad de Iquitos, en la zona de Bellavista Nanay. Hasta aquí la gente llega en sus vehículos, en botes veloces y hasta en hidroavión, todo frente al río Nanay, tributario del Amazonas.

El agua es sinónimo de vida y relajo y aquí todos disfrutan de este privilegio que les da la Amazonía. Y por supuesto puedes subir a un bote y recorrer el Nanay, pasar por las instalaciones del servicio industrial de La Marina (SIMAI). Irán apareciendo algunas playas, como Pampa Chica; unos minuto más y llegarás a Santa Rita.

Santa Rita

Santa Rita es la playa bonita, la que no se llena tanto, la favorita de muchos turistas. Un día de playa en la selva es como en la costa, pero el agua no es salada, la arena es más amigable y con un enorme bosque a las espaldas y puedes disfrutar de una rica parrilla. La gente la pasa bien, cada uno a su ritmo, en familia o entre amigos con la libertad que siempre te da la selva. La Amazonía es para disfrutarla con tus cinco sentidos.

Algunos aquí se quedan a dormir hasta tres días, todo lo traen en botes o en balsas y otros vienen sólo unas horas a disfrutar del río y la velocidad.

Playa de Tipishca

Es turno de la playa Tipishca y el río Nanay te llevará a ella. A Tipishca llega todo el mundo, es la playa popular donde los mototaxis se cambian por refrescantes baños y por fiestas a bordo de las balsas. Las balsas son unas plataformas con motor y todo lo demás en las que te puedes pasear eternamente por toda la selva.

En Tipishca como en todas las playas cercanas a Iquitos olvidarás el sofocante calor. Para el visitante de afuera cada detalle le parecerá divertido y encantador, el ritmo feliz de la Amazonía es contagiante; igual que en la costa la mayoría no quiere ni salir del agua.

Recuerda que la temporada de playas en la selva es cuando no hay lluvias y el nivel del agua baja tanto que aparecen estos paraísos; justo cuando en la costa hace más frío, Julio, Agosto y Septiembre.

Ven, súbete a una balsa y explora los alrededores de Iquitos, hay una playa que seguramente está esperándote.

Bellavista Nanay

Bellavista Nanay es un barrio popular a 10 minutos del centro, a un lado del río. Por Nanay se mueve la producción del campo y es además la salida para las rutas turísticas. 

Es una de las estampas más características de la Amazonía, aquí hay decenas o cientos de parrillas asando pollo, chorizo, rellenas, plátanos, obviamente la cecina y lo más delicioso, pescados de río, como la palometa y el sábalo.

Nanay es como una gran feria de comida, de jugos, de caras, de turistas sorprendidos, de humo por todas partes, de formas y olores que cautivan. Si no te animas por el pescado o el lagarto, están las cecinas, los tacachos y los juanes.

No hay plato charapa sin su salsa de cocona, el ingrediente que se prepara a diario en todas las mesas. Es delicioso y muy fácil, cocona, un poco de limón o toronja, culantro, sal y ají charapita.

Aquí tienes que venir con mucha hambre, así probarás de todo, como el suri. El suri es un gusano incomprendido, gordito y grasoso. Unos lo adoran y otros no pueden ni verlo, se come crudo y también a la parrilla y tiene sabor a… a suri.

También se puede visitar un restaurante que parece sacado de un cuento, flotante en medio del río. En 5 minutos un bote puede llevarte a las puertas de Al frío y al Fuego. Lugar seductor y romántico, donde la ciudad de Iquitos brilla frente a él.

Es un templo dedicado al buen comer y hasta tiene piscina, alta cocina, platos sofisticados, copas y cocteles, buena música de fondo y puedes pedir un filete de doncella glaciado en piel de ajonjolí o unos ravioles a la loretana en salsa de poro, también fetuccinis al romero en salsa de cecina. La gastronomía en la Amazonía también es una maravilla.

Nina Rumi

Es el turno de Nina Rumi, una comunidad en las afueras de Iquitos. Aquí hay un embarcadero donde puedes partir a recorrer una zona reservada en la cuenca del río Nanay llamada Allpahuayo Mishana. El Nanay es la principal fuente de agua potable de la ciudad de Iquitos, por eso hay que cuidarlo y mantenerlo limpio. Aquí el nivel del agua entre las épocas de vaciante y de lluvias puede variar hasta 6 metros; y aquí el SERNANP o sus guarda parques están a cargo de velar de que se respete la selva.

Llegarás a una de las cochas o lagunas de la zona y se llama Yarana y es extremadamente apacible. En la reserva sólo pueden hacer uso de sus recursos los habitantes de la comunidad, uso sostenible sin depredar.

Allpahuayo Mishana

Allpahuayo Mishana tiene casi 60 mil hectáreas y dentro hay varias comunidades, una de ellas es Mishana, y sus pobladores saben del beneficio de vivir para ellos y para sus hijos en un área protegida, y son los principales guardianes de este paraíso.

El bosque amazónico es generoso si se le trata inteligentemente, sin abusar y hallando un balance con la agricultura, caza, pesca y recolección que no deprede. Ellos lo saben bien.

La gente de Mishana sabe también que hoy el turismo ecológico es una fórmula que les traerá muchos beneficios, por eso los visitantes recorren obligatoriamente junto a ellos un emocionante circuito en medio del bosque para conocer que son los variares, la zona de arena blanca, los bosques de boa caspi, los aguagiyos, la punga y los chulla chaquis. Andar por la selva siempre es gratificante, no importan los obstáculos, así se conoce el Perú.

En la Amazonía cada especie es imprescindible para que existan las demás, si ese árbol de shiringa no estuviera ahí no escucharías a esos paucares en sus nidos.

Si tienes tiempo quédate una noche en el albergue de la Asociación Turística Chavisay, todo lo necesario para disfrutar de la selva está aquí.

Visita Iquitos y se parte de su magia y encanto amazónico.  

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